El árbol blanco
Por: Sou Fujimoto Architects, Nicolas Laisné, Dimitri Roussel, OXO Architectes
Ubicación: Place Christophe Collomb, 34000 Montpellier, Francia
Fotografía: Iwan Baan / Cyrille Weiner, David Vintiner, Jerome Bonnet, cortesía de los arquitectos
Un proyecto único desde su origen
El Ayuntamiento de Montpellier lanzó el concurso “Folie Richter”. Intentó identificar un lugar para un edificio icónico que enriqueciera el patrimonio arquitectónico de la ciudad. La solicitud para las propuestas enfatizó en el deseo de un proyecto audaz que tuviera que adaptarse a su entorno e incluir tiendas y hogares. El informe era claro: el Ayuntamiento quería un equipo formado por un joven arquitecto que trabajara con un colega experimentado …
Manal Rachdi y Nicolas Laisné, cada uno con sus propias prácticas, decidieron recurrir al arquitecto japonés Sou Fujimoto. Los tres buscan inspiración en la naturaleza, incluso si la expresan de maneras muy diferentes. En este proyecto, estas tres visiones serían mutuamente enriquecedoras.
Para poner en marcha el proyecto, Manal Rachdi, Nicolas Laisné y su joven compañero Dimitri Roussel volaron a Tokio en el verano de 2013. Durante cinco días, se encerraron en el estudio de Fujimoto para trabajar en intensas sesiones de taller.
Marie de France, arquitecta socia y actual directora de la práctica de Sou Fujimoto en Francia, fue central en el proceso, facilitando el diálogo entre los equipos de Tokio y París. Sentados alrededor de una mesa cargada de papel y lápices, comenzaron a dibujar en un ambiente abierto e informal.
Para reinventar la torre, los arquitectos se centraron en la dimensión humana, creando espacios públicos en la parte inferior y superior del edificio: la planta baja es un espacio con paredes de vidrio que se abre a la calle, mientras que en el techo hay un bar abierto para el público y un área común para residentes, para que incluso los propietarios de los apartamentos del primer piso puedan disfrutar de la vista.
Una arquitectura que promueve la vida al aire libre
Los tres estudios idearon un edificio inspirado en un árbol, con balcones que se ramifican del tronco creando sombras que protegen su fachada. La atención prestada a su entorno y a los estilos de vida locales guió a los arquitectos a lo largo de la fase de diseño.
Los numerosos balcones y pérgolas realmente promueven la vida al aire libre y permiten un nuevo tipo de relación entre los residentes. Cada apartamento cuenta con un espacio exterior de al menos 7 m² (el más grande es de 35 m²), con múltiples niveles de privacidad y opciones de diseño. Los residentes de los apartamentos dúplex pueden pasar de un balcón a otro. Para que todos los apartamentos tengan vistas agradables, los arquitectos realizaron una serie de experimentos espaciales utilizando modelos físicos en 3D.