Esta casa da a una de las arterias más importantes de su municipio – Estrada Nacional 109.
De esta forma, y al tratarse de un uso residencial, la pieza arquitectónica se protege de esta arteria y se propone materializarse en un cuerpo uniforme que, por su forma y disposición, cobija y resguarda la transitada vía.
La casa 109 tiene la fachada principal perpendicular a la calle, en contraste con la realidad preexistente. Así, la fachada principal pierde importancia, quedando ciega, creando un espacio verde de transición/protección entre ésta y la calle, una barrera que protege la casa del ruido y la contaminación ambiental que genera la referida arteria, y que garantiza la debida privacidad. necesario.
Una vez dentro, el momento de entrada, realizado discretamente desde el lado norte, se celebra con una contemplación del exterior hacia el sur, que está garantizado por un acristalamiento de este a oeste, que abraza gran parte de la fachada sur del edificio y que se orienta de forma perpendicular a la arteria contigua.
Así, la pieza arquitectónica, ciertamente horizontal, garantiza un patio lateral, con el que se relaciona la fachada principal.
Este espacio tiene una amplitud capaz de satisfacer las necesidades que se imponen, configurándose como una zona verde para el ocio. Todas las estancias dan a este importante patio, ignorando todas las demás posibilidades de orientación, nunca tan favorables en cuanto a la luz natural que aportan.
El edificio, de forma curva, garantiza una adecuada protección de los vientos en el porche, a la vez que certifica una mayor profundidad del patio en el eje de la casa.
Todos los compartimentos dan al patio a través del porche en planta baja o un balcón conjunto en planta alta, elementos que dotan de uniformidad a la fachada y permiten que el volumen se extienda más allá de sus vanos, siempre de forma homogénea.
Esta fachada horizontal, tal y como se supone en planta, permite que se eleve y resalte la planta alta, mediante el repliegue de los límites de su cuerpo en la planta baja, compuesto por muros revestidos en color corten que, junto con los grandes acristalamientos, destacan sobre el blanco ineludible de la barandilla y la plataforma del cuerpo superior, en un juego de equilibrio donde el equilibrio estructural y la materialidad se unen para dotar de ligereza a un gran volumen.
Esta sencilla y sólida pieza pretende ser una respuesta crítica a la intervención en los terrenos aledaños a las carreteras nacionales, resolviendo el problema de la imposibilidad de disfrutar de los espacios públicos, y determinando la regla faltante para que estas Vías, que también son Calles, puedan recibir efectivamente uso digno de la vivienda.